¿Si el agua es vida porque te ahogas?

La frase “Si el agua es vida, ¿por qué te ahogas?” plantea una cuestión intrigante que invita a la reflexión sobre la paradoja inherente al agua, un elemento esencial para la existencia, pero que también puede convertirse en una amenaza mortal. En este ensayo, exploraremos esta aparente contradicción, examinando la profunda relación entre el agua y la vida, así como los riesgos que implica su mal uso. A lo largo de este análisis, intentaremos desentrañar el significado detrás de esta frase, destacando la importancia de un enfoque responsable y respetuoso hacia el agua, un recurso fundamental para la humanidad.

¿Si el agua es vida porque te ahogas?

Ciertamente, el agua es esencial para nuestra supervivencia, tan fundamental como el aire que respiramos. Sin ella, nuestra existencia se vería comprometida de manera drástica. Podemos observar una analogía en lo que ocurre con las plantas, como los geranios, que sufren cuando no reciben el riego necesario para su crecimiento y desarrollo.

¿Cuál es la razón detrás de los incidentes de ahogamiento en agua?

El ahogamiento, una consecuencia de la inmersión en un líquido que restringe la respiración, priva al organismo de oxígeno, lo que puede provocar daños a los órganos, en particular al cerebro. Se realizan pruebas para evaluar la falta de oxígeno y los problemas comunes relacionados con el ahogamiento, como lesiones medulares debidas a saltos de cabeza. El tratamiento se enfoca en corregir la falta de oxígeno y otros problemas. El ahogamiento puede ser mortal o no (también conocido como ahogamiento parcial), y la hospitalización por ahogamiento no mortal es considerablemente más frecuente que las muertes por esta causa.

El ahogamiento se sitúa entre las 10 principales causas de muerte accidental a nivel mundial. En Estados Unidos, en 2018, el ahogamiento fue la causa líder de mortalidad en niños de 1 a 4 años, y el segundo factor más mortal después de accidentes de tráfico en niños de 5 a 9 años. Además, se encuentra entre las 10 causas principales de muerte accidental en personas menores de 55 años.

Los grupos con mayor riesgo de muerte por ahogamiento incluyen a niños que no han recibido educación formal en natación y no son supervisados cerca del agua, así como hombres (80% de las víctimas mayores de 1 año son hombres). Personas bajo la influencia de alcohol u otras drogas, aquellos con enfermedades que causan incapacidades temporales (como convulsiones) y personas con ciertos trastornos cardíacos también enfrentan un riesgo significativamente mayor de ahogamiento.

Los incidentes de ahogamiento son comunes en piscinas, bañeras y cuerpos de agua naturales, y los niños corren peligro incluso en pequeñas cantidades de agua, como inodoros, bañeras o cubos de agua, ya que pueden no ser capaces de salir una vez que caen en ellas. Saltar de cabeza, especialmente en aguas poco profundas, puede causar lesiones en la médula espinal o traumatismos craneales que aumentan el riesgo de ahogamiento.

Hombres jóvenes y saludables a menudo realizan comportamientos peligrosos de retención de la respiración bajo el agua, como la hiperventilación intencional, el entrenamiento hipóxico y la apnea estática, con el objetivo de prolongar el tiempo bajo el agua. Sin embargo, estas prácticas pueden resultar en desmayos (conocidos como desmayo hipóxico o desmayo por retención de la respiración) y, en ocasiones, en ahogamiento.

Es importante destacar que hiperventilar antes de bucear en un intento de prolongar el tiempo bajo el agua puede aumentar el riesgo de ahogamiento. La falta de oxígeno debido al ahogamiento puede causar lesiones cerebrales y daños en los pulmones, con efectos inmediatos o que se manifiestan horas después en el caso de pequeñas cantidades de agua contaminada. Estos trastornos pulmonares se conocen como ahogamiento secundario. En situaciones de ahogamiento, el agua dulce en los pulmones se absorbe en el torrente sanguíneo.

Además, el espasmo de las cuerdas vocales, que puede evitar que el agua ingrese a los pulmones, a veces se presenta después de que la persona ha sido sacada del agua, incluso minutos después, y se conoce como ahogamiento seco. La inmersión en agua fría tiene efectos mixtos, dificultando la natación debido al enfriamiento de los músculos, pero también protegiendo los tejidos de los efectos perjudiciales de la falta de oxígeno.

Estimula el reflejo de buceo de los mamíferos, lo que puede prolongar la supervivencia en agua fría al reducir el ritmo cardíaco y redirigir la circulación hacia órganos vitales. Los niños tienen un reflejo de buceo más pronunciado en comparación con los adultos, lo que los hace más propensos a sobrevivir a una inmersión prolongada en agua fría.

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¿Cuáles son las medidas finales que se pueden tomar para prevenir el ahogamiento?

  • Implementar barreras de acceso en áreas acuáticas peligrosas.
  • Ofrecer sistemas de cuidado comunitario supervisado para niños en edad preescolar.
  • Instruir a los niños en edad escolar en natación, seguridad en el agua y técnicas de rescate.
  • Capacitar a la población en rescate y reanimación segura.
  • Establecer y hacer cumplir regulaciones para garantizar la navegación segura, la seguridad del transporte marítimo y de los transbordadores.
  • Mejorar la gestión de riesgos relacionados con inundaciones.

¿Cuántas categorías de ahogamiento existen?

En los últimos años, ha habido cierta preocupación en los medios de comunicación acerca de lo que se ha denominado “ahogamiento seco” y en otros textos se ha catalogado como “ahogamiento secundario”. Esta inquietud surgió a raíz de un trágico incidente en Estados Unidos que, posiblemente de manera errónea, fue etiquetado de esta manera.

Para evitar confusiones, a continuación, se detalla la terminología relacionada con este tipo de accidente:

Lesión por inmersión: Incluye todos los episodios y sus consecuencias que resultan de la inmersión o sumersión en un medio líquido.

Ahogamiento: Hace referencia a la muerte causada por asfixia después de la inmersión en un medio líquido.

Casi ahogamiento: Se utiliza para diagnosticar a un paciente que se recupera durante al menos 24 horas después de un episodio de inmersión. Para considerar que ha habido un casi ahogamiento, no es suficiente cualquier situación que ocurra en el agua; debe haber consecuencias de la inmersión, como cambios en el nivel de conciencia, neumonía o síntomas como dificultad respiratoria.

Ahogamiento húmedo: Este es el tipo de ahogamiento convencional y ocurre después de la aspiración de líquido por los pulmones.

Ahogamiento seco: Se denomina ahogamiento seco al tipo de ahogamiento en el que hay un paso mínimo o nulo de agua a los pulmones. Esto sucede debido a un espasmo en la zona de la laringe, que provoca una apnea y, posteriormente, secuelas pulmonares. Es un subtipo que no es aceptado por todos los profesionales, ya que es posible que no se observe agua en los pulmones debido a que esta se haya reabsorbido. La cantidad de agua necesaria para que ocurra un ahogamiento es realmente pequeña, tan solo 3-4 mililitros por kilogramo de peso (lo que equivale a unos 50 mililitros de líquido en un niño de 15 kilogramos), por lo que podría no ser detectable en una radiografía, a pesar de que haya habido líquido que afectó al intercambio de oxígeno en los pulmones.

Ahogamiento secundario: Se utiliza este término cuando una persona ha muerto por ahogamiento pero sobrevivió al menos un día después del incidente inicial.

¿Qué sucede si detengo mi respiración durante 2 minutos?

El ahogamiento se produce cuando una persona está sumergida en el agua y aspira líquido que llega a los pulmones. Esto puede provocar que las vías respiratorias, o laringe, se contraigan y se cierren (espasmo laríngeo) o que el agua dañe los pulmones, impidiendo la absorción de oxígeno. En ambos casos, los pulmones no pueden suministrar oxígeno al cuerpo, lo que puede ser letal.

La falta de oxígeno tiene efectos inmediatos en el cuerpo:

– En menos de 3 minutos bajo el agua, la mayoría de las personas pierde el conocimiento.

– En menos de 5 minutos bajo el agua, el suministro de oxígeno al cerebro comienza a disminuir. La falta de oxígeno puede provocar daño cerebral.